UNA DECADA A TU LADO

Hace Diez años, una década, que pasé por el momento más duro, y a su vez más maravilloso de mi vida.

Con toda mi ilusión llegué al hospital, sin saber muy bien si me quedaría o me iría a casa con las mismas, muerta ya de dolores, pero como siempre, para mí no eran suficientes para darle la menor importancia.

Pensé en cómo sería ese momento millones de veces, y como en otras muchas cosas, nunca ocurre como tú esperas[b1] .

Mi primogénita decidió venir al mundo avisando desde ese instante que no sería una niña como cualquier otra, ella daría fuerte, sería distinta, sería difícil, seria especial.

Después de 12 horas en ese paritorio (mas las doce que llevaba en casa intentando identificar los dolores que me doblaban en dos como dolores de parto) llegaste, después de sustos en los que tu corazón se paraba, y volvía a latir, después de imaginar que en ese instante que la vida pudiera arrancarte de mi lado, después de todo, llegaste.

No fue fácil, las dos aprendimos a entendernos a la fuerza, las dos nos adaptamos, tu a la vida, yo a ti.

Siempre he pensado que llegaste a esta vida para hacerme aprender algo, y aún sigo intentando descubrir que es, pero sé que llegaste para hacerme aprender, para hacerme cambiar, para hacerme más fuerte, y todo eso no es fácil, todo eso es complicado, pero al final, esa complejidad, hace que todo contigo sea más especial.

Diez años después, miro atrás y siento que seguimos en la misma lucha, de amor intenso y rabia, y ninguna de las dos sabemos porque nos amamos tanto y a la vez tenemos tanta rabia acumulada.

Luchamos cada día contra ese monstruo tan horrible, ese monstruo llamado RABIA, ambas lo tenemos dentro, y en la mayoría de las ocasiones nos domina, pero al final, siempre conseguimos ganarle, aplacarle, porque el amor tan intenso que las dos sentimos puede con él, puede con todo.

Hoy en tu Décimo cumpleaños, me has dicho algo maravilloso, algo que solo tú, con esa cabecita que tienes, cuyo musculo inflamado es más poderoso que el de cualquier ser humano, podías decir con la naturalidad más absoluta, “mamá, te quiero mucho, eres la mejor madre, y quiero que no lo olvides, tampoco lo olvides cuando sea una adolescente y te haga daño o de sufrir, siempre te querré más que a nadie, pase lo que pase” y entonces, abrazada a ti, me he dicho a mí misma “merece la pena”.

Ser tu madre no es fácil, porque vas por delante de mí en todo, y yo voy detrás intentando averiguarte, intentando estar a la altura, pero es que estar a tu altura es imposible, porque tu altura llega al cielo, llega al más allá, llega al infinito.

Hoy te dedico este post. Las cosas no están fáciles y apenas puedo escribir, pero no podía dejar de decirte que eres la persona más perfecta que existe en este mundo imperfecto que tú te comerás a bocados. Te amo.

FELICIDADES PRINCESA.

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