MODO DESTRUCCIÓN: ACTIVADO

Hola.

He estado y estoy tan nublada, que ni siquiera he sido capaz de acordarme de lo que más me ha ayudado de toda la vida: ESCRIBIR.

Escribir mis sentimientos, en plan “diario” pero imaginando que estoy charlando con la gente de mi vida, porque se me da mejor escribir que hablar.

Hace meses los médicos me dijeron que yo tenía depresión, una enfermedad mental, y me lo tomé igual que si me hubieran dicho que tenía gripe o colon irritable, porque yo nunca supe detectar mis síntomas, esos que me estaban causando esa enfermedad.

Me sentía perdida en la vida, triste, apagada, cabreada, amargada, y lo más fuerte, me sentía infeliz con todo lo que tenía a mi alrededor.

Como no sabía el motivo, me volví loca pensando en cuáles eran los culpables que me llevaban a sentirme así, algo que la mayoría de los mortales solemos hacer, buscarlos fuera y no dentro.

Creí que era el trabajo lo que me había llevado a esta situación; no me gusta nada, es justo lo contrario de lo que más me gusta, mucho hablar, poco escribir, sufro mucho en él, y tuve la conclusión de que, si cambiaba de empleo, sería más feliz. Pero no fui capaz de buscar solución a eso, esperé a que el tiempo me trajera un nuevo trabajo del cielo, por arte de magia, algo que nunca ocurrió.

Entonces me frustré, empecé a encontrarme muy mal, a adelgazar muchísimo, a tener miedo por mi salud.

Me dieron la baja médica y pensé que mejoraría. Sin embargo, no fue de este modo.

Resulta que empeoré, porque ya no tenía el trabajo para culparle de mis males, por ello empecé a buscar culpables nuevos.

Entonces mi cerebro empezó a enviarme información del pasado sin piedad y sin que yo sintiera que era consciente, simplemente, no podía parar de hacerlo, y por desgracia, solo me traía información mala, a pesar de que hubo mucho bueno también.

De esta forma me centré en eso sin querer, y decidí culpar a mi familia, a mis padres, a mis hermanos, por haber estado presente en mi infancia permitiendo que yo sufriera, por los motivos que fueran.

Pero afronté esa situación hablando con mi familia y exponiendo lo que sentía.

De nuevo me puse a buscar otro culpable.

Mi matrimonio.

Otra vez mi cerebro no paraba de enviarme información del pasado, de este camino andado en la pareja. Únicamente información mala, de nuevo.

Así que, de manera tajante, sentí que al igual que estaba buscando trabajo nuevo y me había expuesto con mi familia, gestionando de esta manera, esos dos culpables de mi depresión, también tenía que cambiar respecto a mi matrimonio.

Me di cuenta, que con independencia de que hubiera perdonado cosas en el pasado, no podía evitar pensar que lo hice por puro amor y no porque debiera hacerlo y que ahora había perdido el amor por el camino, y ese perdón falso, me traía las consecuencias.

Obviamente sobra decir, que de momento llevaba 3 culpables, y yo seguía encontrándome igual.

Analicé las cosas y me di cuenta que casi todo estaba relacionado con el pasado. Mi mente me llevaba hacia atrás en vez de impulsarme hacia delante.

He de decir que no llegué sola a esa conclusión, me ayudaron.

En algunos momentos puntuales, cortos y muy fugaces como el de ahora mismo, que estoy escribiendo aquí, siento que me domina una luz divina, de la que espero una solución o un culpable definitivo al que de verdad enfrentarme. Sin embargo, no me da nunca ninguno de esos dos datos, lo que hace es dotarme de realidad, de verdades. Me dice: “tienes una enfermedad, se llama DEPRESIÓN PROFUNDA, a veces no hay culpables, a veces el cerebro falla. Solo debes tranquilizarte, descansar, desconectar y, sobre todo, NO TOMAR DECISIONES, porque ahora no las tomas tú, sino la parte activa de tu cerebro que provoca la ansiedad, la tristeza, el cabreo y el cansancio. Y esa parte activa, nunca toma buenas decisiones”.

Quizá debería centrarme únicamente en lo bueno que tengo y no en lo que me falta (consejo que le doy a mis hijas siempre, irónico).

Apoyarme para superar esto en quien esté a mi lado, siempre y cuando, comprenda verdaderamente lo peligrosa que es esta enfermedad, que te hace tomar decisiones sintiendo y pensando que estás total y absolutamente segura de ellas, y, sin embargo, no son más que errores provocados, adrede, por esa parte activa de mi cerebro. Esto se llama DEPRESIÓN.

Y sí, es probable que necesite un cambio en mi vida, puesto que esta soy yo, forma parte de mí, del mismo modo que cualquier otra característica: tener mucho carácter o ser nerviosa, entre otras.

Soy camaleónica, es como que el cambio siempre está en mí, hasta de peinado, aspecto o de forma de vestir, en todo.

Por ello, en este pequeño momento de lucidez, sé que necesito un cambio. Pero quizá solo sea laboral, y con eso baste, o también puede que después del cambio laboral siga enferma, no tengo ni idea. En cualquier caso, lo único que tengo claro en este momento es que estoy perdida, ¡totalmente perdida!

Siento que la mayoría de las personas que están en mi vida, no son conscientes de la gravedad de esta enfermedad, al igual que yo, por puro desconocimiento.

A día de hoy sigo sin saber qué hacer para curarme.

De hecho, a veces siento que realmente no tengo ninguna enfermedad, por esa capacidad impresionante de fingir que estoy feliz.

Pido disculpas a todos los que, de un modo u otro, han tenido que sufrir consecuencias también por culpa de mi enfermedad.

A todos los que están preocupados, a los que he hecho daño de alguna manera, a los que piensan que soy una tarada y que les voy a acabar volviendo locos a ellos, a TODOS, os pido perdón.

Repito, a día de hoy sigo sin saber qué hacer para curarme, lo que sí sé es que no podré hacerlo sola.

Y es justo lo que estoy haciendo, apartando gente de mi vida.

 

Por favor, concienciaros, esta enfermedad invisible existe, es así de rara, a cada uno le dará por una cosa, pero, por desgracia, la sufre mucha gente.

 

Espero que esto no solo me sirva para aportar algo de cordura e intentar curarme, sino también, para que todos los que estáis en mi mundo, dispongáis de más información al respecto.

 

Espero, también, tener más momentos de lucidez como este, y seguir escribiendo; lo que más me gusta hacer, lo que más me enriquece, lo que más me aporta, porque es algo que hago yo SOLA, para mí SOLA.

 

 

Begoña Mora Ugarte


Comentarios

Entradas populares de este blog

CONSEJOS PARA ESCRITORES NOVELES

¿CÓMO NOS MOVEREMOS EN EL FUTURO A CORTO PLAZO?