SABER DECIR ¡NO!


Hay tres variantes en las que se dice “si” en lugar de decir “No”

Cuando debes negar un favor que te piden, cuando debes negar un plan que te proponen, y cuando sientes vergüenza de negarte.

Saber decir no, en general, es una labor muy complicada. Supongo que al igual que yo, tú, que estás leyendo estas líneas, te ha pasado alguna vez, que dices “sí” cuando realmente quieres decir “no”.

Pero ¿Qué ocurre cuando es algo habitual?

Supongo que lo que ocurre, es que el día que dices “no”, no se acepta.

En mi caso, cuando voy a negarme a algo, doy tantas explicaciones, que acabo cavando una fosa en la que la otra persona me mete y me entierra.

Pero cuando simplemente he dicho “no” (y quede por delante dicho que son las mínimas veces) se me ha insistido, y cuando he continuado mi respuesta en un “no y ya esta” se han enfadado conmigo, con lo que finalmente, he tenido que dar mil explicaciones. Así que, mejor darlas de inicio, o, que te de igual quien se enfade, cosa que en mí es imposible.

El otro día pensé en que pasaría si hiciera cada día solo lo que quiero hacer. Y me di cuenta que si eso fuera así, no pararía de decir “no” en todo el día. Quitando las obligaciones que tenemos, como el trabajo o atender a nuestros hijos, el resto ¿también son obligaciones?

A mí me parece la labor más difícil que me está tocando limar. Si, sé que es un problema personal, y que probablemente lo llevo al extremo, pero en general creo que decir “no” no es fácil para nadie. Así que he llegado al punto de admirar, de una manera imposible de explicar con palabras, a todo aquel que dice “no” y se queda tan campante, oyes, que ni se inmuta. 
Negativas a los favores.

- ¿Te puedes quedar con mis hijas esta noche a dormir, por favor? No tengo a nadie más y tenemos entradas para el teatro que nos han regalado.

Persona que sabe decir no:

-La verdad es que es una jodienda, casi que no.

¡ADMIRABLE!  Y, sobre todo, ¡ENVIDIABLE!

Persona que no sabe decir no (yo misma).

-Claro, cuenta con ello.

Lo mejor de esta situación es, que, probablemente, hasta tenga a mi propia hija con anginas o tenga un plan nocturno planeado con mi marido, dígase de un súper polvo (si, hay ocasiones en las que se debe quedar para ello a pesar de vivir juntos).  Aun así, yo diría que “si”.

Esto se podría entender como que soy una persona falsa, porque estoy dando a entender a alguien una disponibilidad, incluso felicidad por mi respuesta, cuando realmente es todo lo contrario, me jode que no veas y fastidia todos mis planes.

Pero yo pienso que a veces la sinceridad nos ha metido en muchos problemas, por lo menos a mí, a veces ser sincero está sobrevalorado, acabas haciendo daño a mucha gente con la sinceridad, así que, esto que podría parecer falsedad, es realmente miedo a hacerte daño, y, si, cobardía de no saber enfrentarme a eso, a que te enfades conmigo.

Sinceramente, cuando alguien me dice que “no” a un favor que les estoy pidiendo, me sienta mal, porque no suelo pedir favores, me cuesta bastante, tengo la manía absurda de querer solucionar todo sola, sin pedir ayuda, sin cargar a nadie con mis problemas, y menos si son de logística. Si me conoces, esto tienes que saberlo. Por ello cuando pido un favor, no me gusta recibir un “no” por respuesta. Aunque, finalmente, entiendo los motivos de cada uno, y, por supuesto, jamás me he enfadado con alguien por no hacerme un favor, ni siquiera he sido capaz de devolverla si he tenido la oportunidad (sobre todo porque me cuesta decir no, como aquí estamos hablando).

Sin embargo, cuando alguien me pide un favor a mí, es muy difícil que yo te diga que “no”, y es, precisamente, por lo que dije más arriba, por el mayor de mis problemas, no soporto que la gente se enfade conmigo. Y tengo la sensación de que se enfadarán, que no entenderán mis motivos como haría yo. El hecho es, que esto de que no soporte que se enfaden conmigo, es sabido por quien me conoce, y es probable que se utilice en mi contra en muchas ocasiones, vamos que se me coja por las pelotas con esto (pero lo que nadie sabe es que cada uno de esos enfados que tenéis es una losa en mí, y cada losa, un motivo para abrir la cabina e invitarte a salir)

Dicen que se llega a una edad en la que te da igual quien se enfade o no contigo, es probable que yo no haya llegado aún a esa edad.

Pienso, que cuando nos importa que los demás se enfaden con nosotros, es por sentir que estamos defraudando, que se esperaba de nosotros algo que no hemos sido capaces de dar. Pero lo ideal sería poder decir, que, si fuimos capaces, pero, simplemente, no lo hicimos porque no quisimos. Algo que es muy lícito, querer o no querer hacer algo. O, simplemente, no pudimos, pusimos en la balanza la situación y en la valoración de prioridades, era otra opción la más conveniente.

Luego están las negativas a los planes.

En este momento de mi vida, cuando alguien me dice “no” a cualquier plan, he llegado a aceptarlo, y, sinceramente, me importa lo justito, y ¿Por qué? Pues sencillamente, porque tengo tantas cosas que hacer en mi vida, que el hecho de que me digas que no a algo, hace que pueda ocupar ese tiempo en otra cosa. Sí, soy así de egoísta. Y porque, cuando maduras, te das cuenta, como he dicho en otras ocasiones, de que hay prioridades, y que, el hecho de que me digas que no, no significa que yo no te importe, que no me quieras o que mi vida te importe un carajo, sé que estarás cuando te necesite, esto solo es un plan.

No voy a ser cínica, hubo un tiempo en mi vida que me costaba aceptar el “no”, y que, el “me enfado y no respiro” cuando alguien me cancelaba un plan, estaba totalmente justificado. En ese tiempo en el que el tiempo sobraba, en ese tiempo en el que no llegabas a ocupar todas las horas del día, ese tiempo que ahora parece de fábula y que nunca existió. ¡Ese puto tiempo que daría lo que fuera por volver a vivir!

Por eso ahora, cuando yo digo que “no”, no puedo ponerme en la piel del “yo” actual, siempre, al ponerme en la piel del otro, pienso que estará con la cara roja a punto de estallar en su enfado. Porque quizá, mi plan era lo único que tenía y como siempre, aparece en mí el sentimiento de culpa. Como si los problemas de los demás, fueran mis mochilas. Voy a acabar con escoliosis.

A veces me gustaría que alguien que me quiere, (pero que me quiere de verdad, esas personas que sufren si yo sufro y son felices si me va bien, no esas que dicen que me quieren, pero compiten por intentar que les vaya mejor que a mí o sienten envidia, y no de la sana, si me va bien), me pudiera ver cuando estoy planeando el modo de decirles que “no” a algo, sobre todo cuando ya dije que “si” con mucha convicción. ¡Alucinarían!, se sentirían responsables de mi sufrimiento, y probablemente pensarían también que estoy como una cabra. Vamos que, si vieran por un agujero como me pongo planeando el modo en que voy a decírselo, pensarían que, en vez de eso, lo que estoy haciendo realmente es construir material para bombas nucleares.

Para cualquiera sería tan sencillo como decir “oyes, que ya sé que te dije que iría, pero al final no puedo ir”. Para mi es, dar mil quinientas vueltas, a mil setecientas conversaciones, para al final ¡ir de todas formas ¡

Pero coño, es que no me lo ponen fácil, en una de esas mil setecientas conversaciones, ¿no puedes darte cuenta de que me está resultando difícil decirte que no? (Claro que lo sabes, pero sabes hasta donde estoy dispuesta a llegar, y me dejaras hasta que yo sola me sienta tan mal de tener que decirte que no, que nunca lo haga)

Y luego está cuando te dicen “pero hombre, me hubieras dicho que no y ya está, no pasa nada” ¡¡MENTIRA!!

Mentira y de las gordas, no te lo crees tú ni borracho de café, venga que no tienes cuento. Eso lo dices ¡porque te dije que SI!

Hay muchas otras ocasiones en las que no sabemos decir “no”, no solo cuando hacemos planes con amigos, familia, vecinos o madres del cole. También decimos “si”, cuando tendríamos que decir “no”, en ocasiones en las que la otra persona ni siquiera es de nuestro entorno, o nos importa un bledo y probablemente no volvamos a ver. Y este tipo de situaciones, ocurren a la inversa, cuando dices “si” queriendo decir “no”, y esto es provocado por una cosa, “LA VERGÜENZA”.

Hay muchos ejemplos que podría poner, pero si os parece, os pongo un fragmento de uno de los últimos libros que acabo de leerme, de un autor español maravilloso que descubrí hace poco, Eloy Moreno, este libro se llama “El Regalo” y de paso os lo recomiendo a todos. Fijaos como lo explica.

   “Tenemos vergüenza cuando, en un restaurante, nos sirven un plato que está a medio hacer, o cuando nos ponen esos entrantes que no hemos pedido, pero sí nos cobran. Seguro que sabes a que me refiero. La mayoría de la gente al coger la cuenta ve que se lo han incluido y no protesta, nos contentamos diciendo: bueno, con tal de no volver…Casi nadie se planta y dice: Oye, yo esto no te lo pago porque no lo he pedido. No, la mayoría de gente no hace nada. Afortunadamente también están los héroes, las personas que hacen algo para cambiar las cosas. Y eso sí, cuando lo han conseguido, entonces todos los demás nos aprovechamos de su esfuerzo como parásitos”

Eloy Moreno

           “El regalo”



En fin, que debemos aprender a decir “no” todos en general, a quien ya sepa hacerlo, enhorabuena, para todos los demás, seguid intentándolo, decir “no” solo es eso, una simple negación a algo, no significa más, quien no quiera aceptarlo, quien se enfade por dicha respuesta, está claro que tiene un problema grande de valoración de prioridades y de lo que realmente es importante.

Y decir “no” a un plato frio, a un pan que no has pedido, o decir “si” a poner una reclamación por un mal servicio, solo es eso, hacer uso de tu derecho, y de paso ayudar al que viene detrás a que lo tenga un poco más fácil, y siendo un poco empáticos, a que no sufran lo mismo que tú. -

 ¡Un saludo!

Comentarios

  1. Genial!! Siempre me quedo con ganas de más
    Jaaaa a ver si aprendo yo también a decir no alguna vez.

    ResponderEliminar
  2. Decir No ante ciertas situaciones es bueno y necesario. Es tan importante como saber decir Si.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Deja tu comentario

Entradas populares de este blog

CONSEJOS PARA ESCRITORES NOVELES

¿CÓMO NOS MOVEREMOS EN EL FUTURO A CORTO PLAZO?

MODO DESTRUCCIÓN: ACTIVADO